Es habitual acudir solo al dentista cuando hay alguna molestia o dolor intenso, pero, ¿sabes que lo recomendable es acudir antes? Estos son síntomas o alertas naturales de tu boca que te están pidiendo que acudas a tu dentista:
Encías que sangran al cepillarte los dientes: la salud de las encías está en segundo plano para la gran mayoría. Unas encías sanas nunca sangran, cuando eso ocurre es una señal natural de nuestro organismo para alertarnos de que algo va mal.
Dolor de dientes: se puede deber a una fractura, dientes astillados o por rechinamiento involuntario (bruxismo).
Sensibilidad dental: si al tomar alimentos fríos o calientes notas una especie de “latigazo” en el diente, la padeces. Se debe a que el esmalte que cubre la dentina se ha erosionado en algún punto y el interior del diente, donde se encuentran los nervios, está expuesto a los estímulos y duele.
Dolor en la mandíbula: si sientes dolor en los músculos o articulaciones de la mandíbula existen varios factores a tener en cuenta. Si no encuentras causa de dolor aparente (traumatismos), y además de este dolor te levantas cansado, puede que el problema sea que sufres bruxismo.
El dolor mandibular en ocasiones también se sufre a causa de una mala alineación dental. Cuando los dientes están descolocados soportan una serie de cargas inadecuadas que no solo afectan a su fortaleza, sino que pasan factura a los músculos y articulaciones adyacentes. Dolor cervical o de mandíbula son algunos de los efectos.
Limpieza profesional una vez al año
Aunque seas muy constante y lleves una higiene bucodental adecuada, es importante que, al menos una vez al año, acudas a tu dentista para una limpieza. Una limpieza profesional elimina el sarro incrustado en zonas donde el cepillado convencional no llega o aunque llegue no es suficiente para eliminarlo. Además, el dentista eliminará de las zonas interdentales los restos de placa de una forma mejor y más eficaz, evitando así la inflamación de las encías.