Algunos pacientes pueden entrar a la clínica dental con confianza, pero otros se desmayan ante la idea de poner un pie dentro de la clínica y evitar la atención dental como resultado de este miedo. Hoy nos centramos en esta última categoría y en cómo ayudarlos a superar su fobia o ansiedad dental. Una relación tensa entre dentista y paciente dominada por la ansiedad puede dar lugar a un diagnóstico erróneo, como sugiere un estudio. Por tanto, es imperativo que los dentistas trabajen para mejorar esa relación.
Si eres dentista, es muy probable que te hayas encontrado antes con pacientes nerviosos, ya que la ansiedad dental es la quinta forma más común de ansiedad. Encontrar una manera de ayudarlos puede mejorar enormemente su experiencia y su salud bucal, y al mismo tiempo facilitarle el tratamiento adecuado.
Consejo #1: anima a los pacientes a hablar sobre sus inquietudes
Simplemente hablar sobre sus miedos puede ayudar a aliviar su ansiedad. Una vez que comprenda a qué se enfrentan, podrá consolar mejor a los pacientes. Esté abierto a escucharlos y haga que se sientan cómodos y escuchados. Hágales saber que su miedo es natural y común.
Consejo #2: explica y demuestra
Guiar a los pacientes a través de una guía paso a paso del tratamiento puede reducir drásticamente sus miedos y hacer que confíen en usted aún más. Con los niños es común utilizar el enfoque “Decir-Mostrar-Hacer”, de explicar cada paso, luego mostrarles lo que se hará y sólo entonces hacerlo, pero un método ajustado y menos detallado podría ser útil también con adultos.
Consejo #3: distraer al paciente del tratamiento en sí
Una vez que los escuches y les expliques cómo irá todo, podrás aprovechar la tecnología para distraer su atención. Ver televisión o escuchar música puede ayudarlos a concentrarse en otra cosa en lugar de en su miedo.
Consejo #4: buena comunicación
Una buena comunicación durante el tratamiento es tan importante como los consejos mencionados anteriormente. Informe a sus pacientes que pueden avisarle durante el tratamiento si se sienten incómodos. Acuerde de antemano que se detendrá cuando ellos levanten la mano (la que está lejos de usted), por ejemplo. Esto les dará una sensación de control y reforzará la idea de que su clínica es un lugar seguro donde su bienestar es la máxima prioridad.
En general, ¡la empatía es clave! Escúchalos, valida su miedo y ofréceles soluciones para paliarlo. Cuanto mejor sea la relación dentista-paciente, mejor será el tratamiento. No permitas que la ansiedad dental impida que sus pacientes reciban la atención que necesitan.
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Esperamos que te hayan sido de gran ayuda todos estos consejos tan importantes para el cuidado de tu boca. Si tienes cualquier duda o necesitas un tratamiento, los mejores profesionales están a tu deposición en Dentista Armilla. ¡Ven a visitarnos!