A lo largo de nuestra vida, las personas vamos adquiriendo hábitos nocivos, no siendo siempre conscientes del peligro que representan para nuestra salud bucodental.
El sarro está formado a partir de residuos de comida, células muertas y de sales, principalmente calcio y fósforo que porta la saliva. Es, por tanto, la placa bacteriana de color amarillento compuesta de saliva y restos de alimentos que se acumula y endurece en el esmalte dental, junto a la encía.